La puerta de
Ishtar era la octava de las puertas de acceso a Babilonia, y también la más
famosa, gracias a sus grandes dimensiones (14 metros de altura por 10 de
ancho), pero sobre todo a su decoración; el ladrillo vidriado se utilizó con
exquisita sobriedad, pero a la vez con evidente fastuosidad. Sobre un fondo
azul coloreado con polvo de lapislázuli, las series de leones, dragones (grifos
mitológicos) y toros andantes forman ordenadas composiciones, enmarcadas por
bandas y motivos ornamentales de gran simplicidad geométrica e indudable efecto
cromático. Su techo y puertas eran de cedro, y a través suyo transcurría la Vía Procesional, pertrechada de más
murallas y de 120 leones de adobe que la custodiaban. Era la entrada principal
a las calles y templos interiores de Babilonia.
Fotografía de la puerta de Istar, ruinas de
Babilonia (1932).
Construida en
el lado norte de la ciudad por el rey Nabucodonosor II, en el año 575 AC, la
espléndida puerta formaba parte de la muralla interior que daba acceso
definitivo a la ciudad mesopotámica a través de un intrincado sistema
defensivo. Estaba dedicada a la diosa Ishtar, diosa de la fertilidad y el amor
pero también de la guerra, diosa que servía como la fuente de todas las fuerzas
generativas de la Tierra.
Atravesaba también
un puente de piedra sobre el río Éufrates y finalizaba en un grandioso patio
donde se alzaba la torre denominada Etemen-an-ki
(“Casa del Cielo y de la Tierra”), que
no es otra que la famosa Torre
de Babel (llamada
así por la denominación acadia de Babilonia: Bab-ili o “Puerta de Dios”) de la
que hoy, lamentablemente, no queda rastro alguno. La Torre de Babel era en
realidad un ziggurat
o torre escalonada, formada por siete terrazas superpuestas y rematada por un
templo desde donde los sacerdotes estudiaban el firmamento.
Los cimientos
de la puerta de Ishtar fueron hallados entre 1899 y 1914 por el arqueólogo Robert
Koldewey, famoso mundialmente por ser el descubridor de
Babilonia. Koldewey inventó técnicas de excavación arqueológica para poder
extraer con seguridad los frágiles ladrillos de adobe, uno por uno, lo que le
llevó casi dos décadas.
Durante el gobierno de Saddam Hussein en Iraq, se comenzaron a reconstruir grandes zonas de la vieja Babilonia, entre ellas la Puerta de Istar, cuya réplica se levantó sobre el antiguo emplazamiento de la original. El plan era convertirla en la puerta de acceso a un nuevo museo arqueológico iraquí que nunca llegó a construirse. Actualmente, la réplica se encuentra bajo la responsabilidad de la 155ª Brigada de Combate del Ejército de Estados Unidos, cuyo campamento se encuentra dentro de las murallas de Babilonia.
La puerta fue reconstruida junto a parte de la
Vía Procesional durante la década de 1930, y finalmente se entregó a la
exposición permanente del Museo Pérgamo de Berlín, donde
se puede contemplar hoy día.
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